Venezuela distópica
Días atrás, leí la noticia sobre un profesional que fue hallado muerto, pues le habían atracado para robarle su celular, aprovechando también los delincuentes para quitarle la bolsa de comida que cargaba en la mano. Mi visión propia de aquel hombre asesinado, tirado en el pavimento, con un celular de última generación en una mano, y una bolsa con pan, mantequilla y queso en la otra, hizo impacto en mí. Imaginar esa escena me hizo pensar en las varias obras distópicas que conozco: Terminator, El Planeta de los Simios, Matrix, Los Juegos del Hambre, Divergente, Mad Max, etc. S ociedades que llegaron a un estado tal de abusos entre sus pobladores o de descuido de sus formas de vida, que terminaron convertidas en lugares invivibles, caóticos, conforme a la concepción de sociedad actual que tenemos: Grupo humano perfectamente organizado, con un sistema bien engranado, funcionando que tiene la posibilidad real de mejorarse. De este tipo de obras, decimos que son cien