*El Traje Nuevo del Emperador*
*Por Willmary Comus*
La inocencia, la más pura de las virtudes, hace referencia a quien está libre de culpa y pecado, siendo los niños los más claros ejemplos. No quedan dudas de la verdad, cuando un niño desenmascara al rey en el aclamado cuento de Hans Cristhian Andersen, El Traje Nuevo del Emperador. Cuenta esta historia que aprovechándose del excesivo gusto del Rey por su apariencia, que estaba incluso por encima del debido respeto al erario público, es engañado por un par de estafadores que pretendían hacer un traje cuya tela tenía el prodigio de ser invisible a los estúpidos e incapaces. Así, antes del desfile donde luciría su estreno, Él y su corte niegan lo obvio, para evitar ser señalados. Pero en pleno espectáculo un inocente y desinteresado niño sorprende con la verdad: El monarca estaba desnudo.
La fábula recrea una realidad incontestable que el ego humano es incapaz de percibir mientras es masajeado por aduladores: Que es fácil manipular al soberbio. Por ello, todo valiente elegible pecará de tonto si antes de que la inocencia le alcance, no se interesa en saber exactamente de qué está hecho su traje.
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