La oferta


 

¿Qué pueden esperar esas personas que viven en lo más alto de nuestras barriadas, cuando son visitadas por los candidatos a cargos públicos? Una nueva casa, un empleo oneroso, un carro quizá?

No dudo que muchos de ellos tengan ilusiones tan ambiciosas  como las descritas,  que, ojo,  no tendrían nada de raro en un país rico como el nuestro,  si hubiese gozado la dicha de la sana administración., aunque un posible  funcionario público debería cuidarse de lo que promete.

Sin embargo me atrevería a decir que como mínimo estas personas esperan mejoras en los servicios públicos de agua, electricidad, gas, internet. Como mediana pretensión, esperan mejoras en las condiciones laborales que les permita acceder a beneficios justos para ellos y sus familias, acceso a créditos con pagos razonables, en fin acordes políticas públicas que generen suficiente progreso y paz social para todos y, por supuesto,  como máxima aspiración, salir del estado de atraso y miseria en el que inescrupulosos gobernantes  convirtieron a la otrora  mas pujante y  rica nación de latinoamérica.

A esas personas no hay que subestimarles, no todos tendrán teléfonos de última generación y no todos estarán tan informados como para   responder a los visitantes, pero han aprendido. Saben que tienen valor electoral y que pueden sacarle provecho, aunque  el estado actual de las cosas les haga mirar más allá. Seguirán intentado sacar provecho, pero también ven hacia el futuro,en especial el futuro de sus hijos y están conscientes de que lo que vivimos debe cambiar. Algunos de esas promesas que les hacen son posibles, otras irrealizables, todas son escuchadas y luego debatidas en el entorno, pero hoy  además estos electores tienen un gran dilema, el por quien votar ante una oferta electoral opositora tan extensa, cuando ya no confían del todo en los partidos políticos o en los mismos líderes que les han visitado, ofrecido y engañado una y otra vez.  Qué pueden hacer estos ciudadanos ante tan confuso panorama, cuando incluso saben que la economía del voto no es suficiente, pudiendo llevarles a escenarios aun peores.

Los independientes les dan esperanzas. Todo es posible desde la fe, pero saben que la polarización aun es un hecho, que debe desaparecer, pero aun no desaparece y no quieren volver a perder.

Vaya dilema del ciudadano común. Quiere contribuir con su país, desea salir de este régimen, pero no confía en la oferta.

*Willmary Comus*...ciudadana en el mismo dilema

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

AMIGOS Y ENEMIGOS

Hombrevirus